porque la vida es como te la hacen

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Leyes

Ya el año pasado cruzaron un límite importante y aprobaron fraudulentamente el blanqueo de capitales: necesitaban mayoría especial y lo aprobaron con mayoría simple. Está mal. Sí. Es ilegal. También. Pero aun con todo eso encima se aprobó, y ya está, ¿a quién le importa la Constitución, las leyes o las normas cuando el gobierno que las quebranta e ignora es nacional y popular? Supongo que apenas algún puñado de trasnochados más y yo se acuerdan todavía de eso sin tener que recurrir a Google para hacerlo.

Hoy hicieron lo mismo. Pasaron por encima el reglamento del Congreso y empezaron la sesión una hora después de lo permitido, para aprobar encima un tema fundamental a los tropezones.

Los escucho parlamentar desde acá en su sesión ilegal y me pregunto qué sentido tiene tener un Congreso que no sólo abusa de sus mayorías dóciles y estúpidas, que votan cosas que ni siquiera conocen, sino que se caga en los reglamentos con total impunidad. Me pregunto qué pasará si esta ley fundacional del futuro monopolio del Gran Escupidor ve la luz en estas condiciones. Seguramente nada. ¿Por qué no cerramos directamente el Congreso o abolimos la Constitución, ya que sus leyes en los hechos no obligan ni atan a nada? Sería al menos honesto, y todo el mundo sabe lo bien que nos vendría una inyección de honestidad en estos momentos.

Me pregunto, en consecuencia, qué pasará con todas esas “otras cosas” que también “trae” la Constitución, y por qué razón la gente debería sentirse más insegura fuera de su casa que dentro de ella, si tarde o temprano esa seguridad también puede pasarse por encima, y ya ni siquiera con el bien común como excusa, que sería igualmente aberrante, sino lisa y llanamente por un negocio millonario de un tipo que está coqueteando peligrosamente con la locura clínica, si es que no se volvió loco ya hace un buen tiempo.

Qué sistema, Dios mío, con qué justicia nos merecemos a Kirchner y con qué apatía le permitimos que destruya lo que se le antoja con tal de que finalmente, como va a suceder, termine destruyéndose también a sí mismo.

¿Vale la pena? Sigo creyendo que librarse de Kirchner al precio de un país destruido no sólo es un precio razonable: creo que todavía sigue siendo merecido.

4 comentarios:

  1. Es un poco lo que veníamos hablando, sólo que cada día que pasa, la sensación de merecer un castigo por todo esto y que el país no salga milagrosamente impune se va haciendo cada vez más fuerte.

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  2. Claro, es lo que hablamos.
    Es que la gente no aprende si no es con un golpe enorme. Y aun así siguen sin entender.
    Fijate la fundamentación de la mayoría de los opositores y verás por qué no hay futuro en la Argentina.

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  3. Cuando no hay ni siquiera indigncación en el momento en que se violan o se ignoran leyes y normas, que fueron creadas justamente para proteger a la gente y las instituciones de tipos como Kirchner...

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